Sin embargo, al Rey no parecía llegarle con ese dinero, pues en 2010 sacó 1,5 millones de euros opacos de su cuenta en Suiza para sus gastos cotidianos en España. Igual que, en 2004, a casi nadie le llamó la atención que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin gastaran 10 millones de euros (reforma incluida) en una casa en Barcelona (más que la asignación de ese año para la Casa Real).
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